desconectar durante vacaciones

Claves para desconectar durante las vacaciones del trabajo

Apagas el ordenador, haces la maleta y tratas de disfrutar de los días que te quedan por delante, pero tu cabeza sigue pensando en reuniones pendientes, entregas, correos o lo que sea que te espere a la vuelta. Desconectar durante las vacaciones laborales es muy complicado cuando el ritmo de trabajo se nos queda dentro.

La buena noticia es que podemos aprender a desconectar y emplear ese tiempo en lo que realmente necesitamos: recuperarnos, descansar y volver con otra energía.

 

¿Por qué nos cuesta tanto desconectar?

Porque nos cuesta mucho dejar de estar en “modo trabajo”. A veces nos sentimos culpables por parar, o somos de los que nos llevamos el móvil del trabajo “por si acaso”, incluso de quienes organizan las vacaciones tan minuciosamente que terminan más cansados que antes.

No pasa nada, a todos nos sucede algo parecido, pero descansar también se entrena y hoy te explicamos algunas formas sencillas (y realistas) de empezar a hacerlo.

 

Claves para desconectar en vacaciones, pero de verdad

1.- No hace falta hacer grandes viajes para descansar

  • Si te apetece ir lejos, estupendo, pero si lo que necesitas es no hacer nada, dormir bien, comer bien y pasear, puedes quedarte más cerca, ¡incluso en casa!
  • Tendenemos a llenar los días de planes cuando lo que más necesitamos es, simplemente, bajar el ritmo.
  • Haz lo que te sienta bien, no lo que crees que “hay que hacer”.

2.- Prepara tu descanso antes de irte

  • Deja cerrado todo lo que puedas antes de marcharte: avisa a quienes tengas que avisar, pon una respuesta automática en el correo y deja que el mundo siga girando unos días sin ti.
  • Se trata de apagar el ruido mental, así que cuanto mejor hagas este paso, mejor podrás descansar.

3.- Apaga el piloto automático (y el correo y el móvil y…)

  • Si estás en una preciosa playa tomando el sol, pero mirando los correos del trabajo: lo siento, pero no estás de vacaciones, estás trabajando desde un sitio bonito.
  • Tu mente necesita espacios sin exigencias y eso incluye los equipos digitales.
  • Si tienes que supervisar el trabajo sí o sí, al menos marca horas del día para desconectar de verdad.

4.- Deja espacio para el vacío

  • Sé que quieres aprovechar cada minuto, pero es que eso tampoco es descansar… Y terminarás agotándote.
  • El vacío es incómodo al principio, pero necesario: permite bajar el ruido, procesar, soltar… Y poco a poco ir relajando mente y cuerpo de verdad.
  • Atrévete a aburrirte, es muy terapéutico.

5.- Vuelve poco a poco

  • Siempre que puedas, deja al menos un día de transición entre las vacaciones y el trabajo. Esto también es parte del descanso.
  • Volver a casa la noche anterior y empezar al día siguiente a trabajar como si nada no es demasiado sano.
  • Un regreso sin prisas te ayuda a recuperar tu ritmo, volver con más foco y menos estrés.

 

Descansar no debería ser un lujo, descansar es salud

Nos han hecho creer que parar es perder el tiempo, que descansar es un premio que solo se gana tras ser suficientemente productivo. Pero no es así en absoluto. Descansar no es un premio ni un lujo, es una necesidad biológica, psicológica y emocional. Es salud.

Cuando no descansamos de verdad, lo pagamos. Aparece el insomnio, la fatiga, la irritabilidad, nos cuesta concentrarnos, ser creativos, tener energía… El cuerpo nos está avisando, pero no le escuchamos a tiempo y cuando lo hacemos, es tarde y ya hemos enfermado.

El descanso profundo, el desconectar en las vacaciones laborales, es una herramienta fundamental para mantener el equilibrio. Descansar:

  • Regula las emociones
  • Mejora la capacidad de decisión
  • Refuerza el sistema inmune
  • Nos permite estar presentes
  • Tenemos más paciencia
  • No arrastramos cansancio
  • Conectamos mejor con los demás y con nosotros mismos

 

Así que tómate en serio las vacaciones, como una parte más de tu bienestar a largo plazo, de tu salud. Descansar es invertir en ti, en tu energía y claridad. Date permiso para cuidarte pero no cuando ya no puedas más, sino antes.

Piensa que no estás parando para seguir rindiendo, estás parando para poder vivir mejor, con salud.